Chile se consolida como líder mundial de la transición energética al dominar la producción de cobre y litio
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SANTIAGO, CHILE – Ante el avance de la energía limpia y la electromovilidad, Chile ha fortalecido su presencia en el mercado global de materias primas. El incremento en la producción de cobre y litio ha consolidado al país como uno de los principales actores en la minería de metales clave para el desarrollo de nuevas tecnologías.
El cobre chileno impulsa la demanda global
La minería del cobre, pilar fundamental de la economía chilena, ha mostrado un desempeño excepcional en lo que va del 2025. Según informes recientes, la producción de cobre en el país ha experimentado un crecimiento constante, alcanzando sus mejores cifras mensuales del año. Empresas clave como Codelco y Escondida han liderado este repunte, superando los contratiempos operacionales y la disminución en la calidad del mineral que afectaron la producción en años anteriores.
Este incremento en la producción chilena es una excelente noticia para un mercado global que enfrenta una persistente escasez de cobre. La recuperación de las minas chilenas está aliviando la presión sobre los inventarios de metales, especialmente en la Bolsa de Metales de Londres. El alza en los precios del cobre, impulsada por la creciente demanda de infraestructura energética renovable y vehículos eléctricos, beneficia directamente a la economía chilena, generando ingresos sustanciales y fortaleciendo su posición en la cadena de suministro global.
Se proyecta que la producción chilena de cobre alcance un récord de 5.84 millones de toneladas en 2025, un 6% más que el año anterior. Este pronóstico no solo supera el promedio de los últimos diez años, sino que también subraya el impulso de crecimiento del país como productor clave de cobre.
Litio: de la mano con la estrategia nacional
En el frente del litio, Chile reafirma su dominio. La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) proyecta que la producción de carbonato de litio equivalente (LCE) del país alcance las 305.000 toneladas en 2025. A pesar de una ralentización en la tasa de crecimiento en 2023 y 2024, Chile, junto con Australia, sigue liderando la producción mundial de este “oro blanco”.
La estrategia nacional del litio, impulsada por el gobierno, está en pleno desarrollo, con Codelco y la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) encabezando proyectos clave en asociación con el sector privado. A principios de 2025, se anunció una expansión significativa de los recursos de litio de Chile, que aumentaron en un 28%. Esta expansión no solo refuerza la posición estratégica del país, sino que también contribuye a la estabilización de los precios a largo plazo.
Una de las ventajas competitivas de Chile es su método de extracción de litio a partir de salmueras, que utiliza la evaporación solar en grandes estanques, un proceso que no solo es más económico, sino que produce carbonato de litio de alta pureza. Esta eficiencia en costos y calidad, sumada a la vasta reserva del Salar de Atacama, otorga a Chile una ventaja considerable sobre otros productores.
Aunque el mercado del litio ha enfrentado una sobreoferta y una caída en los precios en el último año, impulsada en gran parte por la sobreproducción china y la desaceleración en la adopción de vehículos eléctricos, los expertos anticipan una estabilización del mercado para fines de 2025 y una recuperación de los precios en 2026. Empresas chilenas como SQM, uno de los mayores productores de litio del mundo, están optimistas sobre el futuro, ajustando sus operaciones para mantener su competitividad en el mercado global.
Un futuro sostenible y estratégico
La consolidación de Chile como potencia minera de cobre y litio no es solo una cuestión de producción, sino de visión a futuro. El país está promoviendo activamente una minería más sostenible y tecnológicamente avanzada, integrando la inteligencia artificial y las energías limpias en sus operaciones. La participación de Chile en eventos internacionales como EXPOMIN y PDAC 2025 ha servido para atraer inversión extranjera y fomentar alianzas estratégicas, demostrando el compromiso del país con el desarrollo responsable de sus recursos.