Donald Trump gana ampliamente las elecciones

Donald Trump avanzó hacia la presidencia prometiendo derribar el statu quo estadounidense para lograr un segundo mandato, a pesar de enfrentar condenas penales, acusaciones de autoritarismo, atentados y un oponente inesperado. Su triunfo representa un regreso significativo al poder, impulsado por la inquietud económica y el temor a la inmigración ilegal que lo ayudaron a vencer a la vicepresidenta Kamala Harris.

Trump apeló a millones de votantes con propuestas provocadoras que buscan trastocar el sistema político del país, atrayendo a quienes sienten que el sueño americano se aleja y ven en él un defensor frente al establishment. En un país profundamente dividido, su promesa de una frontera más estricta, aranceles proteccionistas y una retirada de compromisos globales ganó fuerza.

Con 78 años, Trump se convierte en el presidente electo de mayor edad en la historia, tras haber ocupado el cargo como el número 45. Su victoria desata una era de incertidumbre: para muchos estadounidenses, representa una amenaza para la democracia, dada su disposición a socavar el Estado de derecho y su papel en el asalto al Capitolio en 2021. No obstante, para sus seguidores, su enfoque desafiante se convirtió en una fortaleza.

A primeras horas del miércoles, Trump había mejorado sus resultados de 2020 en casi todos los condados del país, ganando estados clave como Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania, alcanzando los 270 votos necesarios en el Colegio Electoral. Los republicanos también obtuvieron al menos dos escaños en el Senado, logrando la mayoría.

En un discurso en West Palm Beach, Florida, Trump proclamó ser el líder del «movimiento político más grande de todos los tiempos». Comentó que superó obstáculos «que nadie creía posibles» y aseguró asumir el cargo con un «mandato sin precedentes».

El proceso electoral fue inusualmente complejo, enfrentando primero a Biden, quien se retiró tras un desempeño decepcionante en un debate, y luego a Harris en una amarga campaña de 107 días. Trump cuestionó la identidad racial y la inteligencia de Harris, exacerbando las divisiones sobre temas fundamentales de democracia y derechos.

Durante su mandato previo, Trump erosionó la confianza en la prensa, el sistema judicial y el proceso electoral. A pesar de su negativa a aceptar la derrota de 2020 y su insistencia en que le arrebataron un segundo mandato, su narrativa resonó en un Partido Republicano reformado a su medida.

Trump prometió una transformación radical del gobierno estadounidense, con intenciones de «retribución» y medidas de deportación masiva, además de sugerir una mayor consolidación de poder presidencial. Harris advirtió sobre un segundo mandato «inestable y descontrolado», pero estas alertas no calaron entre los votantes, quienes se mantuvieron fieles a Trump.

La campaña de Trump buscó construir una nueva coalición política, que incluyó a votantes de clase trabajadora, blancos, negros y latinos. En esta contienda, una vez más derrotó a una mujer, después de vencer a Hillary Clinton en 2016. A pesar de su historial de conducta inapropiada y sus nombramientos en la Corte Suprema, el tema del aborto, aunque importante, no fue tan prominente como en las elecciones de 2022.

Trump siguió activo políticamente tras las elecciones de 2020, manteniéndose en campaña incluso mientras enfrentaba prohibiciones en redes sociales, demandas y múltiples cargos penales. En las primarias, arrasó sin debatir con sus oponentes, y sus seguidores lo respaldaron firmemente.

Su regreso al poder plantea interrogantes sobre la dirección de la política exterior de Estados Unidos y el compromiso con la OTAN y Ucrania. Ante los desafíos internos y externos, Trump asume nuevamente como comandante en jefe, respaldado por un electorado profundamente polarizado.